No sé por qué Dios nunca ha querido que compartamos tu
cumpleaños juntos. Ojo tampoco es que hemos tenido tanto tiempo “conociéndonos”
como para tener varias oportunidades. No es un secreto en este blog que en poco
tiempo nos unimos e hicimos una amistad increíble e inexplicable para muchos. La
gente pensó que un día apenas y nos saludábamos y al otro nos apapachábamos y hablábamos
como si tuvieses siglos de confianza. La mayoría malinterpretó la amistad. Pero
tú y yo siempre supimos las causas y vimos crecer la amistad.
Tú me diste algo que nadie me ha dado; mi blog. Gracias a
ti, aprendí una forma sana de liberar todas las cosas malas de mi vida. Aprendí
a conocerme, aprendí que no está mal hablar de los sentimientos, aprendí que
tragarse las cosas tienen consecuencias terribles, y aprendí que si hay gente
que puede ayudarme. Te debo mucho por estas lecciones que me diste, la mayoría
un tanto incrédula. Porque sé que sabias que era una persona más profunda de lo
que aparentaba, pero no creo que tanto así.
La verdad es que te convertiste en una persona muy especial
para mí. Siempre te he dicho lo mucho que te admiro por infinitas razones. No
muchas personas tienen las agallas de irse al otro lado del planeta y dejarlo
todo aquí por aprender un idioma. Eres centrada y madura. Eres de esas personas
que uno ve y sabe que tendrá un futuro extraordinario.
Si te soy sincero cuando te fuiste a China, sentí algo de
miedo. La verdad es que yo y las distancias no nos llevamos nada bien. No sólo
en cuestión de relaciones amorosas (en donde mi única experiencia fue EL
FRACASO) sino también con amistades. De hecho, desde que uno de mis mejores amigos
del colegio que vive en USA la relación cambió por completo; y no había un
cambio de hora radical. Te fuiste a China y pensé que todo iba a cambiar para
mal. La verdad es que no fue así. Mantuvimos esta amistad y logramos sobreponer
una barrera tan importante.
Hoy cumples 23 años, eres una vieja (jajaja). Veintitrés años
de experiencias, de vivencias, de tormentos, de alegrías, de traiciones, de
lágrimas y risas; veintitrés años que forjaron la persona que eres hoy en día. El
año pasado, no pude celebrar “tus dos paticos” porque estaba en Miami y tú aquí
en Caracas. Hoy los papeles se cambian, tú estás en Miami, comenzando una vida
nueva; mientras yo aquí en Caracas tomando decisiones. La verdad es que aunque
no te haya visto “soplar las velas de una torta”, siempre estoy presente
contigo.
Nuestra amistad ha sobrevivido a las distancias, eso es algo
impresionante. Sabes que indiferentemente de la parte del planeta que estés o
el huso horario en el que me encuentre, siempre podrás escribirme o hablarme.
Siempre que me necesites ahí estaré; me he cansado de decirte eso. Hoy, cuando “soples
las velas” quiero que cierres los ojos por un segundo; sé que sabrás que ahí estoy
contigo. Disfruta tu nueva vida. Ya tú eres quien eres, ya la vida te forjó y
moldeó; ahora te queda disfrutar el camino a la gloria.
Te quiero muchísimo
Kiki, y te extraño un montón; pasa un cumpleaños genial preciosa.
yooo tambienn te quierrooo!!!!! i loved ittt
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