Entre tantos bancos me pude dar cuenta que hoy en día hay muchos estereotipos dentro d los bancos. Empecemos con el personal. Siempre va a estar la mujer, con las uñas mas largas que el pelo, con escarchitas y dibujitos. Luego, tenemos al buso. Es ese viejo verde con los pantalones en el cuello que siempre va a estarse buseando a las más jóvenes; pero no conforme con eso, le habla a las más viejas para evitar ser catalogado como pervertido. Por supuesto, tenemos al "emo". Puede ser hombre o mujer pero siempre va a haber algun gótico a quien todas las vejitas prejuiciosas (que abusan de su tercera edad) ven feo. También está el que tiene complejos de Daddy Yankee; con la gorra grande y plana, franela para cubrir mitad de la ciudad y zapatos grandes. Por último, tenemos, mi favorita, la típica caraqueña con el ego por las nubes. Es esa mujer adulta, que usa licras amarillas y que pareciera que "en vez de comerse 7 arepas, se las hubiese metido dentro de la licra" (Cita del Prof. Briceño); con la franelita por encima del obligo mostrando su figura. Una figura REDONDA y grasienta. Esta persona debe tener el mejor autoestima del mundo para poder salir asi de su casa. En el banco, esta mujer suele estar apurada, sudada y algo malhumorada; se debe tener mucho cuidado.
A nivel internacional la cosa cambia radicalmente. Empezando porque es tan grande que no hay una cola sustentosa; maximo tendrás a 3 personas por delante. Por ende las tendencias de las personas, o los estereotipos casi se anulan, aunque con alguna excepcion. Como la de la viejita mirona. Solo que ahora no estará viendo feo a las personas, sòlo te estarà viendo, y el viejito buso, sólo que en este caso es mucho mas disimulado y a veces es el portero del mismo banco. Además entra un nuevo estereotipo, la de la cajera que está chevere. En los bancos del exterior siempre va a haber una y sólo una, cajera que es bella y todos le jalan bola. Desde el superior que esta enamorado desde que la contrato, hasta el vigilante que no deja de verla. Es la típica cajera que es la que sale en todas las propagandas, vallas y fotos del banco. En fin, un banco es una experiencia terrible, tediosa, fastidiosa, aburrida, y simplemente paupérrima. Es un mal que no le deseo a nadie, pero si alguna vez estás en la situación, en vez de amargarte y suprimirte, mira a tu alrededor y diviertete un rato.
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