Friday, August 19, 2011

Back On Track 2

Teniendo un poco más de tiempo para pensar la lista que puse antes; creo que hace falta algo… algo importante. Le agregue 2 cosas que considera geniales. La primera, por recomendación de Kiki, escribir más. Es cierto, cuando no escribo, las cosas se acumulan y es dificil llevar el día a día. Con respecto a la segunda, estuve leyendo el twitter y @nitanconde (si no lo siguen, háganlo porque el pana es una joda) está haciendo algo admirable. Pasar 40 días sin nada de nada. Sin ñema, sin volar papagayo, sin liberar a willy, sin nada de nada pues. Pasar 40 días sin hacer que los nadadores salgan.

Lo pensé porque en cierto modo lo puse como muy sencillo. Aunque de verdad para mi dejar la mantequilla y el refresco es un sacrificio enorme. Sé que son malas para el organismo y bla bla bla, pero son mi vicio; no fumo, no me meto nada, no tomo ni café; esas cosas son mi vicio, sobretodo el refresco. Pero entiendo el comentario de Kiki, de que eso era muy sencillo; y aunque la idea es empezar por lo bajito; es importante ponernos un reto de verdad, algo que podamos contar con orgullo (aunque dudo que esto lo cuente a voz populi).

Para ustedes chicas que me leen que no lo saben, eso es algo inhumano; pregúntele a otro hombre. Todo hombre a partir de que rayo queso por primera vez, no ha pasado esa cantidad sin liberar al batallón, y desde que perdió la virginidad es peor. Eso requiere precisamente algo que he perdido, que es el control mental. Yo siempre había dicho que en mi pasado, hacía logrado encontrar la forma de esconder y controlar mis sentimientos. Ahora ando mal, y sin control. Decidí que para recuperarlo tengo que hacer esto. Mente sobre cuerpo; se necesita un poder mental absoluto para lograr semejante prueba. No sé si vaya a lograrlo; pero quiero demostrarme a mí mismo que aún poseo ese control. Al controlar esa necesidad tan carnal podré controlar mis sentimientos y salir de esta depresión fácilmente. Aquí les dejo la lista actualizada; iré escribiendo sobre su desarrollo.

  • Dejar de comer mantequilla por un mes
  • No tomar refresco en una semana (creo que esta es la más difícil)
  • Ordenar el closet del cuarto y donar la ropa que no necesite
  • No beber alcohol por un mes
  • Ir al gimnasio al menos 2 veces a la semana (en las mañanas)
  • Usar los lentes cuando debo, sin excepciones.
  • No dejar pasar oportunidades de la vida, porque quizás no sean lo que quiero en momento.
  • Alejar los objetos punzocortantes de mi vida.
  • Ordenar la biblioteca y todos los libros y cuadernos de la universidad.
  • Obtener un empleo por mi cuenta
  • Escribir más a menudo
  • No liberar los soldados (léase cero ñema y cero volar papagayo)
  • Superarte

Back on Track

Ya he dicho esto, y siempre que paso por mal momento lo repito; debo volver a lo básico, “Back to Basics”. Creo que es mi forma de superar mis estados de depresión. En estos momentos son quizás más intensos que antes y quizás me cueste más que antes, y por eso ahora tengo un plan. Antes simplemente lo decía y trataba de vivir bajo esa premisa. La última vez que tuve que acudir a ella, la salsa casino vino al rescate y todo mejoró instantáneamente. Me temo que ahora no lo tendré esa salida fácil. Lo bueno es que ya decidí agarrar el lápiz y escribir mi propio destino.

Creo que lo que me tiene tan mal y en un estado tan terrible; es que muchas cosas que me he propuestos (aunque sonará bobo y algo irrelevante) no lo he logrado. Es cierto que no tengo sentido, porque terminé las clases y yo soy un ingeniero, eso ya es un logro quizás bastante importante. EL problema recae en que nunca dudé que iba a lograrlo; la carrera se dio bastante sencillo para mí; yo me refiero a retos que no he logrado. El quedar en una empresa, el subir mi nivel de baile lo suficiente, el encontrar esa persona perfecta y lograr que estuviese conmigo, ser mejor nieto y lidiar mejor la situación de mi abuelo. Todos grandes fracasos. Es por eso, que necesito rehacer mi “momentum” (lean el post anterior). Pero… ¿cómo rehacer mi “momentum”? Sencillo, he ideado una lista de “retos” o cosas por hacer sencillas pero que me cuesten o representen cierto sacrificio y a corto plazo. Ellas me ayudarán a impulsar y tomar confianza y volver a ser yo. Esa fortaleza impenetrable que no deja que las nimiedades lo detengan. He aquí la lista preliminar:

  • Dejar de comer mantequilla por un mes
  • No tomar refresco en una semana (creo que esta es la más difícil)
  • Ordenar el closet del cuarto y donar la ropa que no necesite
  • No beber alcohol por un mes
  • Ir al gimnasio al menos 2 veces a la semana (en las mañanas)
  • Usar los lentes cuando debo, sin excepciones.
  • No dejar pasar oportunidades de la vida, porque quizás no sean lo que quiero en momento.
  • Alejar los objetos punzocortantes de mi vida.
  • Ordenar la biblioteca y todos los libros y cuadernos de la universidad.
  • Obtener un empleo por mi cuenta
  • Superarte

El Efecto Causal

Yo soy de los fieles creyentes de que no existe tal cosa como la casualidad; es sólo una teoría hippie para explicar las cosas que no entendemos. Son excusas para no darnos el control de nuestras vidas. Además me reúso a creer en esa teoría del destino y que todos los pasos y obstáculos que se presentan en nuestras vidas están fríamente calculados por algún ente superior; es simplemente una locura. Es por eso que debo crear (o al menos creo que la estoy creando; seguro ya a alguien más se le ocurrió) una nueva teoría o tendencia: la teoría del efecto causal.

Esta teoría habla de un punto medio. Me gusta pensar que en la vida, las cosas que nos suceden son efecto, consecuencia o son por causa de decisiones y actos que tomamos o hacemos. Nosotros tenemos el poder de lo que nos ocurre. Es lógico que haya un “ruido” aleatorio o al azar. En la estadística SIEMPRE hay un factor aleatorio; pero no tanto como para llamar las cosas casualidades o llegar a un punto hippie en que ese factor aleatorio domina nuestras vidas; y el más exitoso es aquel que obtiene lo mejor de esa aleatoriedad.

El decir que todo es consecuencia de lo que hacemos se inclina hacia esa parte del destino. Que la consecuencia de nuestros actos ya está escrita. La diferencia cae en que no lo está; es un cambio constante. Un cambio que depende de lo que nosotros hagamos y las decisiones que tomemos en la vida. El destino nos dice que, aunque parezca que estamos tomando una decisión, ya alguien la tomó por nosotros y sabía que íbamos a inclinarnos por ahí; y es por eso que sus consecuencias ya están escritas. Esto es totalmente opuesto. El tomar decisiones SI tiene un factor importante en las consecuencias y cada cosa que hagamos cambia esa línea de “destino” ya grabada.

Me gusta pensar que nosotros somos los escritores de nuestras novelas. Yo sé, que mi vida es algo novelesca en estos momentos y estoy “abusando” de ese poder. Pero a diferencia de todos, yo si acepto que es mi culpa y si sé que soy yo quien me colocó en esta posición. Este es el momento en el que alguien deprimido diría que Dios, o cualquier ente celestial le ha escrito un bache oscuro en sus vidas o trataría de echarle la culpa o al “destino” que le escribieron, o a ese factor aleatorio que esta castigándolo. Yo, en lo personal, pienso que esa gente no sabe lo que dice. Uno mismo se coloca en estas posiciones y es uno mismo quien debe salir de ellas, mi problema cae en que aún no sé cómo salir.

A esta teoría le voy a agregar un concepto bien interesante; el de “momento” o bueno para darle valor filosófico diré “momentum”. Este concepto nace en que normalmente tomamos las decisiones por tendencias y por factores pasados; entonces nuestro pasado influye mucho en nuestro presente. Es darle una explicación a ese dicho que dice “cuando llueve… cae un chaparrón". Normalmente las malas noticias siempre vienen juntas. Es porque tomamos malas decisiones, una tras otra; que se transforman en depresión… estamos en un mal “momentum”. Nos hemos encargado de sabotearnos a nosotros mismos. En cambio, cuando estamos centrados y tomamos buenas decisiones; todo es perfecto… nuestro “momentum” es ideal.

La verdad es que depende de uno mismo el control el “momentum”. El destino de nuestras vidas está en nuestras manos. Sólo hay que aprender a tomar el lápiz y escribir como queramos nuestras vidas. En mi caso personal, es que ahora no sé cómo hacerlo. No sé cómo quitarte de mi mente; no sé cómo tomar las riendas de mi futuro; no sé cómo salir del bache, o mejor dicho, cómo dejar de caer.

Tuesday, August 16, 2011

Bueno Para Nada

Ok, yo me gradué, soy un Ingeniero y lo único que me falta es esperar por el título, pero ya terminé la universidad… ¿y ahora? Siempre me consideré alguien capaz, hasta ahora. No sé qué coño hacer con mi vida, no sé qué carajo hacer con mi futuro. Puta carrera de mierda. Ingeniería de Sistemas es una carrera que es demasiado amplia y sales de la universidad sin saber un coño. Eres un pela bola más por la vida. Tienes que ser especialista en algo para optar por un trabajo. ¿Cómo demonios voy a saber en qué me quiero especializar si no puedo trabajar en las distintas áreas? ¿Por qué nada puede salirme bien?

Yo siempre pensé que mis aptitudes y habilidades eran sobresalientes; siempre he sido una persona por encima del promedio. Todo el mundo me ve como alguien brillante; saqué la carrera en 4 años, eso debe valer algo… error. Eso no sirve de nada. Mandé mi curriculum Vitae a Procter & Gamble porque creo que hacia eso quiero ir; me rechazaron; ni siquiera me llamaron a presentar la prueba; ¿por qué? No lo sé; mandan un correo de rechazo genérico diciendo que eres una mierda. Mientras esto ocurría, también mandé mi CV a unos consultores interesados en adiestrar en SAP. Ni siquiera han tenido la decencia de responderme. Además lo mandé a otra empresa; y también sin respuesta.

Quiero salir por mi cuenta; quiero yo buscar y ganarme mis puestos. Mi mamá no entiende eso. Esta con la presión encima de que le envíe el CV para que ella se lo pase a sus contactos. ¿Qué tan pirata hay que ser para tener que depender de una palanca? ¿Por qué tengo que acudir a ayuda de alguien? Además que ella ya me tiene harto, no sólo con lo del Curriculum sino queriendo que me vaya del país y que busque cosas afuera. NO ME INTERESA. Pero no lo entiende ni lo entenderá. Además si nadie en mi país me quiere… ¿por qué en otro país (no tercermundista) van a querer de mis servicios?

La verdad es que mi Curriculum es bastante pobre; porque como dije, sales de la universidad sin saber nada. Decidí hacer cursos este verano para darle grosor; todos, absolutamente TODOS, son de programación; y programar es lo ÚNICO que sé que no quiero hacer.

En resumen estoy demasiado jodido; deprimido y la vida simplemente no ayuda. Antes solía cubrir las fallas del corazón con logros de la mente. Ahora todos son fallas; es imposible salir del vacío así. No quiero hacer nada; no tengo ganas de nada; no tengo energías para seguir recibiendo patadas por el culo. Ya no lo aguanto en verdad.

Sunday, August 14, 2011

Masoquismo

Yo siempre supe que dentro de todo yo era un poco masoquista; y la verdad es que es normal. Todos tenemos algo de masoquistas en nosotros. Muchas veces inventamos males o exageramos eventos que hayan pasado, simplemente por el hecho de que necesitamos deprimirnos o molestarnos para sacar y drenar cosas del organismo. Eso es masoquismo, buscamos entristecernos o hacer cosas que no nos agraden porque queremos. Pero me di cuenta que llegué a otros niveles. Mi masoquismo es mucho, pero mucho mayor al que pensé y mucho mayor a cualquier estándar “normal” de masoquismo.

Yo estoy claro en mi situación. Estoy claro en que no es la mejor. Estoy claro en que ya es hora de subir la cabeza y salir adelante; de superarte. Sin embargo, por alguna razón no quiero. No quiero porque implicaría tener que olvidarme de ti; implicaría tener que encerrar un sentimiento que se salió de control; implicaría alimentar a la tan legendaria caja de Pandora. En vez de estar haciendo eso, estoy alimentando ese sentimiento; alimentando al caos.

Ya de por sí, comparto mucho contigo, y hay un filtreo y un juego de seducción bastante marcado. Pero ha ido creciendo exponencialmente. Todos los viernes bailamos algo sumamente carnal y sexual como lo es la rumba; y por alguna razón siempre terminamos haciéndolo juntos. Ya eso es bastante masoquista; seguir con esa picardía. Pero fue ayer (sábado) que me di cuenta que soy muy masoquista.

Ayer fuimos a 57 por la despedida de Gaby, normal. Casualmente llegamos al mismo tiempo y decidimos compartir un servicio. Nada malo en eso. Llegamos algo tarde, y ya a timba estaba por terminarse; muchos buitres te asecharon y no bailamos salsa. No hay problema. Yo decidí que me iba a comportar. Estaba preocupado por ti, porque en la tarde estuviste con un dolor de cabeza bastante intenso; pero para la rumba estabas bien. Pusieron un Merenguito y los 2 estábamos bailando uno al lado del otro al ritmo; nos vimos y tus ojos GRITABAN “sácame”; y lo hice. Bailamos sabroso, como siempre. En nosotros hay mucha química para bailar, o al menos yo siempre lo he pensado. Bailamos todo el set y mientras lo hacíamos hablábamos, cantábamos y echábamos broma; totalmente normal. Pusieron un punki punki y decidimos volver a seguir bebiendo tipo tranquilo.

Estuvimos hablando con todos y todo iba bajo control; estábamos uno al lado del otro pero nada intenso. Llegó el momento que cambió el resto de la noche: Pusieron bachata. A ti te encanta la bachata y pues, a mi me gusta y estoy aprendiendo. La bachata es un baile demasiado sensual y yo sabía que ibas a querer bailar; supuse que ibas a bailar con él así que ni volteaba a verte. En eso me agarraste y me sacaste tú a bailar. No pude negarme. “Wow” es lo púnico que puedo decir de ese baile; que genial estuvo. Como sabías que mis habilidades no es que son muy buenas con la bachata, me ayudaste muchísimo y gozamos bastante.

Después de eso, no nos despegamos en toda la noche. Lo que ponían de alguna forma u otra terminábamos cantándolo o bailándolo. No importaba si yo estaba del otro lado de la olla, te encargabas de seducirme y llevarme al centro para bailar. Cómo te mueves, simplemente increíble. Eres experta en hacer que el Reggaetón no se vea vulgar pero que siga siendo algo extremadamente sexual. Así estuvimos prácticamente toda la noche. Caí rendido a tus pies.

Te dolían los pies y decidiste apartarte para sentarte y descansar; te voltee a ver y me llamaste para que te acompañara; obviamente lo hice. Estuvimos hablando y fue ahí que me di cuenta de que estas rozando la mitológica perfección. Algo increíble; esa cantidad de dulzura e inocencia, combinado con picardía y sensualidad; te preocupas por arreglarte, pero sin lucir que te esforzaste; esas curvas peligrosas que las mueves como nadie; inteligente, perspicaz, graciosa; y todas las cosas, que son banalidad, pero que para mí son TAN importantes, tu sola las trajiste a conversación, esos detalles como los tacones y las uñas que son vitales para mí y pocas personas entienden y mucho menos la comparten; tú sí. La perfección no existe; pero eres lo más cercano a ella que he conocido.

Valentina me regañó, sabe el daño que me estuve haciendo toda la noche; y sabe que así jamás te superaré. Ella y Laly me ayudaron a entender algo, subconscientemente me estás utilizando. Quisieras que él fuese como yo, pero que fuese él. Estas enamorada de él; no sé cómo lo hizo (y me llena de curiosidad, hasta el punto de ser extremadamente imprudente y preguntarte). Conmigo no vas a tener nada; pero me utilizas. Me utilizas porque soy lo que necesitas, sólo que quisiera que te lo diera él.

Hoy estoy loco por ti. No dejo de pensarte. No dejo de quererte y reventarme la cabeza buscando una manera; pero en todos los escenarios termino mal. Quiero saber qué hizo él para tenerte así; para que no te importe que te trate mal, y que le caiga a cualquier hueco con patas, porque sé que lo sabes, sé que no eres bruta como muchos piensan; necesito saber cómo conquistó tu corazón. Necesito saber cómo superarte; necesito saber cómo no dejar de verte así, porque no puedo. Soy tan masoquista que aunque me utilices y sepa que jamás podré tenerte, ese “engaño” y esa química que tenemos al vernos lo vale; vale la depresión. Me haces tanto daño, pero no quiero dejarte ir, no sé cómo hacerlo y duda que quiera averiguarlo.

Monday, August 8, 2011

Sueños Mojados

Un día cualquiera, en una tarde soleada; decidimos cumplir una vieja promesa. Estábamos en una piscina como lo habíamos planeado hace tiempo sin haberse podido concretar. Por cuestiones incomprensibles nos quedamos solos tú y yo. Ya con unos palos encima y sin tener control total sobre mis movimientos motores y aún menor sobre mis pensamientos, decidí hacerte la pregunta del millón de dólares. Esa pregunta que TODOS quisiera saber la respuesta; sobretodo yo. Esa pregunta para resolver la incógnita que envuelve a toda la academia.

¿Qué demonios tienes tú con él?

No te la esperabas; tu reacción te delató. Hubo un segundo de silencio y quise intervenir antes de que fuese muy tarde. Quise complementar la pregunta, y moldearla a mi favor. Nuevamente te pregunté:

¿Qué tienes tú con él? ¿Qué le ves? Todos en la academia sabemos que estas o estuviste con él. Todos sabemos que estas casi perdidamente enamorada de él. Pero nadie entiende el por qué. El carajo te trata malísimo, no te reconoce y no te da el puesto que te mereces. Podrías estar con cualquier, pero cualquier hombre; uno que te trate mejor. Tú eres de esas mujeres que nosotros vemos como “trofeo”; en el sentido de que eres perfecta. Sensual, pero inocente; pícara pero sutil; bella e inteligente, con un futuro brillante; coqueta y graciosa, con un cuerpo de diosa y lo mueves como tal. Eres de esas mujeres que cualquier hombre la llevaría de manos, mostrándole al mundo entero lo suertudo que es al tenerte. En cambio, te conformas con un tipo que ni siquiera quiere llamarte su novia; un carajo que se alimenta de su ego y que sufre de un complejo de Charlie Sheen; un carajo que sin siquiera tratar de disimularlo sale con unas disque amigas tuyas, y le echa los perros a cualquier hueco que se mueva. A él lo entiendo, y lo respeto; es su estilo de vida. Lo que no entiendo es cómo una mujer tan perfecta como tú, y teniendo una cola enorme de mejores hombre detrás, se conforma con esa vida y alguien extremadamente patán y te trata como basura.

Bajaste la mirada; se notaba que no tenías respuesta alguna y que incluso sentías algo de vergüenza. No podías ni mirarme. Seguías sin poder decirme nada, sutilmente mi mano se detuvo en tu pierna y me acerqué a ti. Estaba pensando en excusarme por haber sido tan directo, y por quizás haber arruinado mucho de esa amistad que teníamos. En ese momento, levantaste la mirada y tus ojos llorosos se encontraron con los míos. Con cierta timidez e inocencia me dijiste que no creías todo lo que decía, que eso de que todos los hombres están en cola por ti. Yo me reí y te dije, créeme que sí; yo soy el primero en la fila y veo a todos los que están detrás de mí, impacientes por ti.

Levantaste la mirada y te sonrojaste un poco. Ese era mi momento, era ahora o nunca; así que poco a poco fui acercándome a ti; en cierto modo esperando un rechazo. Increíblemente y para mi sorpresa no sucedió. Mis labios se encontraron con los tuyos y, como película de niñas, fuegos artificiales comenzaron a iluminar el cielo. Un beso de película, tanto tiempo sin uno que ya había olvidado cómo era. No sé decir cuánto tiempo estuvimos ahí, besándonos. Para mí el tiempo perdió sentido; como si se hubiera paralizado. En ese preciso momento escuchamos el sonido de algo caer al piso y quebrarse; y en un segundo volvimos a la realidad, esa realidad que nos hace prohibidos. Con miedo a mirar quien había dejado caer ese objeto con la sorpresa de vernos, nos separamos y abrí los ojos. Sorprendentemente, o quizás no tanto, lo primero que vi al abrir los ojos no fuiste tú, ni nadie; fue el techo y los muebles de mi cuarto; siendo testigos y alcahuetas de mi tortura mental.

Friday, August 5, 2011

Mala

Una noche tranquila de ciudad como cualquier otra, un local nocturno con nada extraordinario, todo dictaba que iba a ser una salida sin nada en especial; sólo una noche para salir entre panas y beber, quizás bailar un poco si el Dj me lo permitía. De repente, de la nada, al otro lado de la pista estaba una de las mujeres más increíbles que mis ojos han visto. De esas que no puedes quitarle los ojos de encima; una diosa de la seducción. Te veo, me ves y sonríes. Te excusas con la persona que estaba a tu lado y decides atravesar toda la pista, caminando hacia mí. ¡Qué forma de caminar! Haciendo que las miradas se enfoquen en ti; sólo se podían ver a todos los hombres soñar contigo, y a las mujeres envidiarte, y francamente, ¿quién podría dejar de hacerlo?

Mientras recorrías la pista te detallé de pies a cabeza, asombrándome cada vez más. Unos pies hermosos, tapados con unos tacones altísimos, que dominabas a la perfección, cuya función era alargar esas hermosas piernas; una vestidito pegado que resaltaba tus curvas peligrosas, uñas vino tinto, mostrando una seguridad increíbles y buscando desviar las miradas de tu cuerpo hacia tus manos al hablar, unas facciones perfectas, esculpidas por el mismo Miguel Ángel, unos ojos azules que a veces se escondían en tu cabello dorado; eras simplemente perfecta. Sin embargo, lo que hacía que no pudiese dejar de verte era ese aire de misterio que te rodeaba.

Te detuviste a mi lado, pediste un trago en la barra de los más inocente. Por alguna razón desconocida, esa noche no tenía nada que perder, supongo que fue por ti; y decidí comenzar a hablarte, esperando un rechazo absoluto. Sin saber lo equivocado que iba a estar. Comenzamos a hablar y reír; ahí empezó la cátedra de seducción, digna de ser grabada en un documental de Discovery Channel; no sé de dónde salió, pero todo fluía a la perfección. El toqueteo ideal, sin ser baboso pero demostrando interés. Me jalaste a la pista de baile, era tu fuerte, un meneo y queriendo probarme; tentándome y engatusándome en tus garras.

Luego, pasamos a la parte más tranquila del local, a charlar de verdad. Mientras me hablabas le hacías ojitos a todos, los mantenías ahí en suspenso; supongo que por si yo no daba la talla. Me comencé a dar cuenta de muchas cosas. Eres indomable e incontrolable, una mujer que aclama ser libre y salvaje. Sin miedo y aguerrida. Eres imparable, todo lo que te proponías tener, lo tenías; no dejaba de pensar que ese era el caso conmigo. Eres lo que Alejandro Sanz definió como “mala” en la canción que lleva ese título.

Luego, me di cuenta que mentías en muchas de las cosas que decías; buscabas protegerte, de algo o alguien; quizás de ti misma. Te jartabas de decir que rompes corazones a diestra y siniestra; que jugabas con la gente, que eras la maestra de la manipulación y que todo lo que querías lo agarrabas, sin dar excusas o pedir permiso; mostrando seguridad y fortaleza. Y citando a Sanz digo, “Llevas tus cicatrices como pinturas de guerra”. Hasta que por una milésima de segundo, mientas seguías tan preocupada por mostrar ser indestructible, un detalle se te escapó y con eso bastó. Tus ojos mostraron por un segundo la ventana a la realidad, una realidad muy diferente a la que mostrabas. Tu mirada se cubrió de vulnerabilidad, soledad y tristeza. Fue allí que me di cuenta que para ti no era más que un experimento o reto. Me levanté y me fui, sin mirar atrás.