Sunday, August 14, 2011

Masoquismo

Yo siempre supe que dentro de todo yo era un poco masoquista; y la verdad es que es normal. Todos tenemos algo de masoquistas en nosotros. Muchas veces inventamos males o exageramos eventos que hayan pasado, simplemente por el hecho de que necesitamos deprimirnos o molestarnos para sacar y drenar cosas del organismo. Eso es masoquismo, buscamos entristecernos o hacer cosas que no nos agraden porque queremos. Pero me di cuenta que llegué a otros niveles. Mi masoquismo es mucho, pero mucho mayor al que pensé y mucho mayor a cualquier estándar “normal” de masoquismo.

Yo estoy claro en mi situación. Estoy claro en que no es la mejor. Estoy claro en que ya es hora de subir la cabeza y salir adelante; de superarte. Sin embargo, por alguna razón no quiero. No quiero porque implicaría tener que olvidarme de ti; implicaría tener que encerrar un sentimiento que se salió de control; implicaría alimentar a la tan legendaria caja de Pandora. En vez de estar haciendo eso, estoy alimentando ese sentimiento; alimentando al caos.

Ya de por sí, comparto mucho contigo, y hay un filtreo y un juego de seducción bastante marcado. Pero ha ido creciendo exponencialmente. Todos los viernes bailamos algo sumamente carnal y sexual como lo es la rumba; y por alguna razón siempre terminamos haciéndolo juntos. Ya eso es bastante masoquista; seguir con esa picardía. Pero fue ayer (sábado) que me di cuenta que soy muy masoquista.

Ayer fuimos a 57 por la despedida de Gaby, normal. Casualmente llegamos al mismo tiempo y decidimos compartir un servicio. Nada malo en eso. Llegamos algo tarde, y ya a timba estaba por terminarse; muchos buitres te asecharon y no bailamos salsa. No hay problema. Yo decidí que me iba a comportar. Estaba preocupado por ti, porque en la tarde estuviste con un dolor de cabeza bastante intenso; pero para la rumba estabas bien. Pusieron un Merenguito y los 2 estábamos bailando uno al lado del otro al ritmo; nos vimos y tus ojos GRITABAN “sácame”; y lo hice. Bailamos sabroso, como siempre. En nosotros hay mucha química para bailar, o al menos yo siempre lo he pensado. Bailamos todo el set y mientras lo hacíamos hablábamos, cantábamos y echábamos broma; totalmente normal. Pusieron un punki punki y decidimos volver a seguir bebiendo tipo tranquilo.

Estuvimos hablando con todos y todo iba bajo control; estábamos uno al lado del otro pero nada intenso. Llegó el momento que cambió el resto de la noche: Pusieron bachata. A ti te encanta la bachata y pues, a mi me gusta y estoy aprendiendo. La bachata es un baile demasiado sensual y yo sabía que ibas a querer bailar; supuse que ibas a bailar con él así que ni volteaba a verte. En eso me agarraste y me sacaste tú a bailar. No pude negarme. “Wow” es lo púnico que puedo decir de ese baile; que genial estuvo. Como sabías que mis habilidades no es que son muy buenas con la bachata, me ayudaste muchísimo y gozamos bastante.

Después de eso, no nos despegamos en toda la noche. Lo que ponían de alguna forma u otra terminábamos cantándolo o bailándolo. No importaba si yo estaba del otro lado de la olla, te encargabas de seducirme y llevarme al centro para bailar. Cómo te mueves, simplemente increíble. Eres experta en hacer que el Reggaetón no se vea vulgar pero que siga siendo algo extremadamente sexual. Así estuvimos prácticamente toda la noche. Caí rendido a tus pies.

Te dolían los pies y decidiste apartarte para sentarte y descansar; te voltee a ver y me llamaste para que te acompañara; obviamente lo hice. Estuvimos hablando y fue ahí que me di cuenta de que estas rozando la mitológica perfección. Algo increíble; esa cantidad de dulzura e inocencia, combinado con picardía y sensualidad; te preocupas por arreglarte, pero sin lucir que te esforzaste; esas curvas peligrosas que las mueves como nadie; inteligente, perspicaz, graciosa; y todas las cosas, que son banalidad, pero que para mí son TAN importantes, tu sola las trajiste a conversación, esos detalles como los tacones y las uñas que son vitales para mí y pocas personas entienden y mucho menos la comparten; tú sí. La perfección no existe; pero eres lo más cercano a ella que he conocido.

Valentina me regañó, sabe el daño que me estuve haciendo toda la noche; y sabe que así jamás te superaré. Ella y Laly me ayudaron a entender algo, subconscientemente me estás utilizando. Quisieras que él fuese como yo, pero que fuese él. Estas enamorada de él; no sé cómo lo hizo (y me llena de curiosidad, hasta el punto de ser extremadamente imprudente y preguntarte). Conmigo no vas a tener nada; pero me utilizas. Me utilizas porque soy lo que necesitas, sólo que quisiera que te lo diera él.

Hoy estoy loco por ti. No dejo de pensarte. No dejo de quererte y reventarme la cabeza buscando una manera; pero en todos los escenarios termino mal. Quiero saber qué hizo él para tenerte así; para que no te importe que te trate mal, y que le caiga a cualquier hueco con patas, porque sé que lo sabes, sé que no eres bruta como muchos piensan; necesito saber cómo conquistó tu corazón. Necesito saber cómo superarte; necesito saber cómo no dejar de verte así, porque no puedo. Soy tan masoquista que aunque me utilices y sepa que jamás podré tenerte, ese “engaño” y esa química que tenemos al vernos lo vale; vale la depresión. Me haces tanto daño, pero no quiero dejarte ir, no sé cómo hacerlo y duda que quiera averiguarlo.

1 comment: