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Monday, August 8, 2011

Sueños Mojados

Un día cualquiera, en una tarde soleada; decidimos cumplir una vieja promesa. Estábamos en una piscina como lo habíamos planeado hace tiempo sin haberse podido concretar. Por cuestiones incomprensibles nos quedamos solos tú y yo. Ya con unos palos encima y sin tener control total sobre mis movimientos motores y aún menor sobre mis pensamientos, decidí hacerte la pregunta del millón de dólares. Esa pregunta que TODOS quisiera saber la respuesta; sobretodo yo. Esa pregunta para resolver la incógnita que envuelve a toda la academia.

¿Qué demonios tienes tú con él?

No te la esperabas; tu reacción te delató. Hubo un segundo de silencio y quise intervenir antes de que fuese muy tarde. Quise complementar la pregunta, y moldearla a mi favor. Nuevamente te pregunté:

¿Qué tienes tú con él? ¿Qué le ves? Todos en la academia sabemos que estas o estuviste con él. Todos sabemos que estas casi perdidamente enamorada de él. Pero nadie entiende el por qué. El carajo te trata malísimo, no te reconoce y no te da el puesto que te mereces. Podrías estar con cualquier, pero cualquier hombre; uno que te trate mejor. Tú eres de esas mujeres que nosotros vemos como “trofeo”; en el sentido de que eres perfecta. Sensual, pero inocente; pícara pero sutil; bella e inteligente, con un futuro brillante; coqueta y graciosa, con un cuerpo de diosa y lo mueves como tal. Eres de esas mujeres que cualquier hombre la llevaría de manos, mostrándole al mundo entero lo suertudo que es al tenerte. En cambio, te conformas con un tipo que ni siquiera quiere llamarte su novia; un carajo que se alimenta de su ego y que sufre de un complejo de Charlie Sheen; un carajo que sin siquiera tratar de disimularlo sale con unas disque amigas tuyas, y le echa los perros a cualquier hueco que se mueva. A él lo entiendo, y lo respeto; es su estilo de vida. Lo que no entiendo es cómo una mujer tan perfecta como tú, y teniendo una cola enorme de mejores hombre detrás, se conforma con esa vida y alguien extremadamente patán y te trata como basura.

Bajaste la mirada; se notaba que no tenías respuesta alguna y que incluso sentías algo de vergüenza. No podías ni mirarme. Seguías sin poder decirme nada, sutilmente mi mano se detuvo en tu pierna y me acerqué a ti. Estaba pensando en excusarme por haber sido tan directo, y por quizás haber arruinado mucho de esa amistad que teníamos. En ese momento, levantaste la mirada y tus ojos llorosos se encontraron con los míos. Con cierta timidez e inocencia me dijiste que no creías todo lo que decía, que eso de que todos los hombres están en cola por ti. Yo me reí y te dije, créeme que sí; yo soy el primero en la fila y veo a todos los que están detrás de mí, impacientes por ti.

Levantaste la mirada y te sonrojaste un poco. Ese era mi momento, era ahora o nunca; así que poco a poco fui acercándome a ti; en cierto modo esperando un rechazo. Increíblemente y para mi sorpresa no sucedió. Mis labios se encontraron con los tuyos y, como película de niñas, fuegos artificiales comenzaron a iluminar el cielo. Un beso de película, tanto tiempo sin uno que ya había olvidado cómo era. No sé decir cuánto tiempo estuvimos ahí, besándonos. Para mí el tiempo perdió sentido; como si se hubiera paralizado. En ese preciso momento escuchamos el sonido de algo caer al piso y quebrarse; y en un segundo volvimos a la realidad, esa realidad que nos hace prohibidos. Con miedo a mirar quien había dejado caer ese objeto con la sorpresa de vernos, nos separamos y abrí los ojos. Sorprendentemente, o quizás no tanto, lo primero que vi al abrir los ojos no fuiste tú, ni nadie; fue el techo y los muebles de mi cuarto; siendo testigos y alcahuetas de mi tortura mental.

Friday, August 5, 2011

Mala

Una noche tranquila de ciudad como cualquier otra, un local nocturno con nada extraordinario, todo dictaba que iba a ser una salida sin nada en especial; sólo una noche para salir entre panas y beber, quizás bailar un poco si el Dj me lo permitía. De repente, de la nada, al otro lado de la pista estaba una de las mujeres más increíbles que mis ojos han visto. De esas que no puedes quitarle los ojos de encima; una diosa de la seducción. Te veo, me ves y sonríes. Te excusas con la persona que estaba a tu lado y decides atravesar toda la pista, caminando hacia mí. ¡Qué forma de caminar! Haciendo que las miradas se enfoquen en ti; sólo se podían ver a todos los hombres soñar contigo, y a las mujeres envidiarte, y francamente, ¿quién podría dejar de hacerlo?

Mientras recorrías la pista te detallé de pies a cabeza, asombrándome cada vez más. Unos pies hermosos, tapados con unos tacones altísimos, que dominabas a la perfección, cuya función era alargar esas hermosas piernas; una vestidito pegado que resaltaba tus curvas peligrosas, uñas vino tinto, mostrando una seguridad increíbles y buscando desviar las miradas de tu cuerpo hacia tus manos al hablar, unas facciones perfectas, esculpidas por el mismo Miguel Ángel, unos ojos azules que a veces se escondían en tu cabello dorado; eras simplemente perfecta. Sin embargo, lo que hacía que no pudiese dejar de verte era ese aire de misterio que te rodeaba.

Te detuviste a mi lado, pediste un trago en la barra de los más inocente. Por alguna razón desconocida, esa noche no tenía nada que perder, supongo que fue por ti; y decidí comenzar a hablarte, esperando un rechazo absoluto. Sin saber lo equivocado que iba a estar. Comenzamos a hablar y reír; ahí empezó la cátedra de seducción, digna de ser grabada en un documental de Discovery Channel; no sé de dónde salió, pero todo fluía a la perfección. El toqueteo ideal, sin ser baboso pero demostrando interés. Me jalaste a la pista de baile, era tu fuerte, un meneo y queriendo probarme; tentándome y engatusándome en tus garras.

Luego, pasamos a la parte más tranquila del local, a charlar de verdad. Mientras me hablabas le hacías ojitos a todos, los mantenías ahí en suspenso; supongo que por si yo no daba la talla. Me comencé a dar cuenta de muchas cosas. Eres indomable e incontrolable, una mujer que aclama ser libre y salvaje. Sin miedo y aguerrida. Eres imparable, todo lo que te proponías tener, lo tenías; no dejaba de pensar que ese era el caso conmigo. Eres lo que Alejandro Sanz definió como “mala” en la canción que lleva ese título.

Luego, me di cuenta que mentías en muchas de las cosas que decías; buscabas protegerte, de algo o alguien; quizás de ti misma. Te jartabas de decir que rompes corazones a diestra y siniestra; que jugabas con la gente, que eras la maestra de la manipulación y que todo lo que querías lo agarrabas, sin dar excusas o pedir permiso; mostrando seguridad y fortaleza. Y citando a Sanz digo, “Llevas tus cicatrices como pinturas de guerra”. Hasta que por una milésima de segundo, mientas seguías tan preocupada por mostrar ser indestructible, un detalle se te escapó y con eso bastó. Tus ojos mostraron por un segundo la ventana a la realidad, una realidad muy diferente a la que mostrabas. Tu mirada se cubrió de vulnerabilidad, soledad y tristeza. Fue allí que me di cuenta que para ti no era más que un experimento o reto. Me levanté y me fui, sin mirar atrás.

Thursday, December 2, 2010

Otoño en Manhattan


Una tarde cualquiera de otoño en Battery Park, Nueva York (Para quien no lo conozca, es un pequeño puerto en la parte baja de Manhattan donde se toma el ferry a Ellis Island; donde se encuentra la Estatua de la Libertad). Estaba todo bastante desolado, sólo estábamos mi cámara y yo. Nos arropaba un manto anaranjado rojizo del sol poniente, mientras que llovían las hojas de los árboles, combinando sus colores con el atardecer. El único sonido que podía oírse era el del silencio; la paz era infinita.

Repentinamente algo me hizo voltear y ahí estabas tú; bella como siempre. Con ese cabello castaño claro suelto y precioso. Aprovechando el frio de otoño para colocarte ese cuello de tortuga blanco, sabiendo que me enloquece. No me dijiste nada, sólo me sonreíste; perfecto para mi cámara. Las fotos empezaron a multiplicarse mientras me acercaba a ti. Las fotos eran tan perfectas, que hasta se podía oler tu increíble perfume. Sin darme cuenta, tomaste la cámara y dejaste de ser protagonista en las fotos; te convertiste en la directora. En un abrir y cerrar de ojos, me encontraba posando ante ti; y poco después, sucumbido en tus labios. No importa cuánto trate de resistirme; al final siempre terminas con el control.

Paseamos por toda la ciudad de Nueva York y en pocos días visitamos museos y galerías, comimos divino, generamos momentos realmente mágicos. Podía jurar que eras la indicada; eras simplemente perfecta, y todo era perfecto. Tus dulce besos que combinaban con tu perfume; tus manos; tu pelo y tus ojos, Dios tus ojos azules tan increíbles, enmarcaban una bella sonrisa que me llenaba de paz. No podía negarlo, estaba embobado por ti; me tenías hechizado. Me movías el piso constantemente y me retabas a hacer cosas que nunca pensé hacer. Pero te aprovechaste de eso. Caminando por el Manhattan Bridge te frenaste y una mirada pícara y traviesa se apoderó de tu cara.

Sin que me diera tiempo de reaccionar, ya estabas montana en el borde. Miré hacia arriba y te rogué que bajaras, tu sonreída me volteaste a ver; el sol anaranjado se trataba de esconder entre tu silueta. Me aseguraste que todo iba a estar bien, y diste un paso. Me monté en el borde a detenerte miraba hacia abajo buscándote. Después de unos agónicos segundos de silencio, te escuché. Subí súbitamente la mirada y ahí estabas, flotando como si nada. Te reías de mí, y me invitabas a acompañarte. Yo incrédulo de todo, me reusé. Seguías insistiendo que fuera contigo, y que flotáramos juntos y comenzaste a manipulándome. Fue en el momento en el que tomaste mi mano cuando caí en cuenta de que era otra de tus jugarretas; parte de ese plan macabro para destruirme; para que caiga en tus manos. Me bajé del puente, y continué caminando sin mirar atrás hasta que el horizonte se tragó mi silueta.

Wednesday, August 11, 2010

Un último suspiro

Anoche logré dormir un poco; después de mucho tiempo. Lo bueno es que caí profundo. Lo malo es que soñé. Como lo dije en un post anterior, los sueños para mi no son como para la mayoría. Suelo vivirlos o sentirlos más de lo normal, y las consecuencias las siento más de lo normal. Es bastante difícil. Pero creo que la razón por la que tenía tanto tiempo sin soñar y sin dormir bien, es por el miedo que describí en otro post (si, estoy uniendo muchas cosas...creo que eso es bueno). El subconciente es la forma más poderosa de la mente. El subconciente no tiene limites, y enfretarme a esa realidad irreal me aterra.

Este sueño no sé cómo comenzó ni que había ocurrido. Recuerdo desde que estaba en un entierro, todo bastante deprimente. Una tarde lluviosa, al comienzo tardé en entender mi presencia ahí. Volteo y mios tios lloran; volteo al otro lado y mi hermana llora junto a mis primas; levanto la mirada y veo a mi mamá de luto, triste pero sin llorar. Ya todo era claro, el funeral era de mi abuelo. Me acerco a la urna, eran 2 de hecho, mi abuelo y abuela ambos muertos. Primera escena dificil de digerir, aunque admito que creo etsra preparado para ella. Luego regreso mi mirada hacia mi mamá, ella estaba muy estresada, así que decido actuar, y liberarle la carga (como siempre he buscado hacer); luego en cuestión de segundos pasaron unos años. Pude sentir toda la presión estrés y demás. Mi hermana se había ido, yo cargaba con todo. Luego experimenté algo aterrador, una llamada mientras caminaba por la calle; una llamada que me dejó frió.mi madre había tenido un accidente. Corrí. Sentí la adrenalina bombeando. Mis piernas corrieron más rapido, mis misculos se tensaron, la respiración aumentó. Llegué a ella, pero sólo para verla decirme "perdón, por mi, cambiaste tu oportunidad de brillar y de felicidad por el bienestar de tu familia; y al final te quedaste sin ambos". En ese preciso momento ella muere en mis brazos. Levanto la mirada y se viene la respiración más intensa que he experimentado; un suspiro. Todo cambio a cámara lenta en ese suspiro. Pude sentir mi cerebro mandando una señal a mi cuerpo, una señal de sufrimiento, de dolor. Pero poco antes, sentí una liberación muy extraña, parecida a cuando terminas algo (ese sentimiento de que te quitas un peso de encima) pero mil veces más grande. Una bomba de sentimientos se apoderó de mi. Luego un dolor enorme se apoderó de mi pecho y antes de que me diera cuenta estaba levantándome de golpe en mi cama. Sudando, con lágrimas cayendo por una mejilla, temblando, hiperventilando, y con un dolor en el pecho, justo donde esta el corazón.

Un suspiro fue mi golpe de realidad; un suspiro fue todo lo necesario para desencadenar el caos; un suspiro fue el detonador de la bomba; un suspiro de paz y agonía; un suspiro de alegría y tristeza; un suspiro que no pude aguantar; un suspiro silencioso y mortal; un último suspiro.

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Monday, August 2, 2010

Sueños

No sé si lo he mencionado antes, pero los sueños para mí son algo fuera de lo común. Yo suelo sentir como mucha intensidad los sueños. Es por eso que verme dormir, es dificil. Me muevo mucho, hablo bastante, rio, e incluso lloro. En fin, vivo los sueños. Al comienzo era muy hostil, y me costaba entenderlos. Ahora ya estoy acustumbrado. De hecho, he llegado a pensar que son preparaciones psicológicas para eventos desafortunados que vendrán. No digo que sueño el futuro ni nada, pero si me ha pasado que he soñado y he sentido en esos sueños sentimientos parecidos a alguno que después sentí en la realidad. Por ende, he sabido controlar esos sentimientos mejor. He aprendido a ver cómo reacciono ante situaciones. Pero no todo es positivo. No es fácil vivir los sueños; mucho menos si son pesadillas. No es sencillo levantarse sudado e hiperventilando por soñar con un accidente casi letal; no es simple controlar lágrimas por haber experimentado una pérdida irremplasable; es sin duda complicado levantarse con sangre en las palmas de las manos por haberse clavado las uñas por experimentar una ira absoluta.

Otra cosa que me di cuenta, es que dormido soy bastante manipulable. Una vez mi ex novia estaba haciéndome cariños y entre una cosa y otra, me dormí. En esa época, ella estaba próxima a irse a vivir a México. Ella, no sé cómo, modificó el sueño; entre su aroma, sus susurros, logró interferir en el sueño, en mis emociones; logró entrar en mi subconciente. En el momento, fue para calmarme y lograr balance. Sin embargo, otras veces estuve dormido con ella; y estoy casi seguro que ella utilizó ese "poder" para entrar en mi mente sin que yo supiera. Por eso, es que hoy en día cualquiera me ve dormir. Trato de minimizar el riesgo de que vuelva a ocurrir. Los sueños para mí son diferentes que para los demás. Tiene sus cosas buenas y malas como todo en esta vida. Sin embargo, la mayoría de las veces quisiera no vivir los sueños; aunque sé que no hubiera podido librarme y controlar muchas de los golpes que me he llevado en esta vida.


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Saturday, June 26, 2010

Anoche soñé, Soñé

Otro de esos poemas que escribí de pequeño, yo creo que en esta época empezaron a ser intensos mis sueños. Mis sueños son muy reales, yo realmente vivo lo que sueño y es terrible. Uno poco a poco se empieza a acostumbrar, pero cuando el sueño es muy fuerte es imposible de controlar. Para este poema creo que yo tenía como 14 años; y creo que coincide con el inicio de mis sueños; y el comienzo del entrenamiento por controlarlos; 7 años después, aun estoy en ese entrenamiento.


Anoche soñé soñé

Algo horrible y me asusté

No fue un monstruo ni un espanto

Fue que ya no oía tu canto

La lluvia me atormentaba

La soledad me arropaba

Y lo único que buscaba

Era un ser que me calmara

No había nada ni nadie

Sólo yo y el espeso aire

Y por mas que te buscaba

Tu bella voz no encontraba

Me desperté acelerado

E inmensamente aterrado

Creí que no había soñado

Y me vi más asustado

Entonces en ti pensé

Tus palabras recordé

Yo sé que contigo cuento

Si digo que te vas miento

Conmigo siempre te tengo

Y en mi mente te veré

Tuesday, June 8, 2010

Te Veo Venir...

Estaba yo muy tranquilo en mi cama; durmiendo. Estaba algo triste. De repente llegaste, sin previo aviso. Te extrañaba. Siempre vienes en esos momentos de soledad. Te acostaste a mi lado.; y me abrazaste. Tu cabello daba contra mi rostro. Como siempre, olías divino; de esos aromas que son casi indescriptibles. Un olor muy femenino, dulce pero a la vez fuerte; una combinación perfecta probablemente entre perfumes y cremas corporales. Tu mano apoyada en mi pecho. Me encanta tu mano (yo sé soy un raro por siempre estar pendiente de las manos), siempre arreglada y con las uñas largas; simplemente irresistibles. La subes y comienzas a hacerme cariños en mi cuello; sabes que ese es mi punto débil. Siento como subes un poco tu cuerpo; tu rostro esta frente al mío. Siento tus suaves labios. Mi respiración aumenta su ritmo; mi corazón late fuerte. Abro los ojos… y no estás.

Deja de jugar conmigo. ¿Cómo sabes mis debilidades? ¿Cómo sabes mis puntos débiles? ¿Por qué no tengo control sobre mí cuando estás conmigo? ¿Por qué tu aroma es tan irresistible?¿Cómo sabes que esos pequeños detalles, las caricias y el sentirte cerca lo que más extraño? ¿Por qué apareces siempre cuando estoy más vulnerable? ¿Acaso eres la mismísima soledad?

Deja de jugar con mi cabeza; deja de jugar con mis sentimientos. Las personas hablan de lo horrible que es la soledad. Pues están equivocados. Yo te he visto, te he sentido y eres preciosa. Ese es el problema, por eso los índices de suicidio son tan altos con las personas que están solas. Se suicidan porque es la única forma de estar contigo; la única forma de tenerte. Eres como las sirenas en la mitología; hermosa, con un cántico precioso y seductor. Estás esperando a tu presa, la seduces y luego te llevas su alma. Eres una despiadada, un monstruo. Déjame en paz.