Sunday, August 15, 2010

Barriga vacía.. Corazón molesto

Toda la vida me ha encantado cocinar; la cocina es mi refugio. Me desestresa, me libera, me distrae. El arte de la cocina es algo que pocos aprecian. Cocinar estimula todos los sentidos. Los colores intensos de los ingredientes, combinarlos en un plato que visualmente sea deslumbrante es el objetivo. El sonido de que hace un sofrito, o los golpes al cortar cada ingrediente son música para cualquier chef. Las texturas de cada ingrediente, y el cómo combinarlos en un plato; una comida con diferentes texturas y temperaturas es casi un éxito garantizado. Los aromas son lo más exquisito de una cocina. Quien haya cocinado sabe a lo que me refiero. Uno se sumerge en otro planeta con esa infusión de tantos aromas distintos; después de todo mas de 50% del sabor de un plato es gracias a su aroma. Sin embargo, el sentido que obviamente más se estimula es el gusto. Saborear ese plato final, esa obra maestra, es simplemente la mayor satisfacción existente. La cocina es un templo, al cual acudimos para limpiar el alma, para soltar asperezas, para relajarnos, para apartarnos de este mundo moderno. Cabe acotar que cocinar no es lo mismo que alimentarse. Uno puede cocinar cosas para el comer día a día, pero ahí no estas cocinando de verdad, sólo te estás alimentando. Para cocinar de verdad, hay que disfrutarlo, hay que estimular todos los sentidos. No es un mateo que estás haciendo porque tienes hambre. No hay arte en poner un bistec vuelta y vuelta y comértelo con unos plátanos, o arroz o cualquier otro acompañante. Insisto, cocinar es más que preparar una comida, es estimular todos los sentidos para limpiar el alma.

Últimamente en mi casa se han quejado de que no he cocinado más. Ellos obviamente por ser mi familia han sido quienes más se aprovechan de cuando cocino; tener personas como yo cerca son una ventaja para el paladar de externos. Entonces como no he cocinado, e a escuchar quejas. Hoy decidí que iba a cambiar, iba a cocinar una de mis bastante conocida pastas; con una salsa, la cual me encanta, llamada Putanesca. Estaba bastante animado de volver a la cocina. Poco después recordé por qué lo había dejado de hacer. En mi casa todo es un peo; nada sirve. Sin embargo, de una manera u otra lograba resolver. Es una cocina todo terreno y como 4x4; hay que saber solucionar, y así lo lograba. Pero lo peor es lo que ha pasado recientemente. Desde hace unos meses no es que nada sirva, es que no hay nada. Cómo se supone que cocine si no hay nada NUNCA. Me molesta que para cocinar tenga que planear todo casi que con semanas d antelación para poder comprar todo y guardarlo. Fui a hacer la salsa, no había ajo, ni cebolla, ni tomates y peor aún, no había ni pasta. Realmente me histericé, y lo que empezó siendo una idea para alegrarme y desestresarme terminó siendo todo lo contrario; me amargó y molestó.


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1 comment:

  1. Con leer el primer parrafo basta para que te de hambre de una buena comida.. No es esas de mateo de ansiedad o hambre nono sino de las buenassss buenasss! Las que sew ven huelen y saben bieennn!...

    En mi casa tampoco nunca hay nada porque siempre tamos a dieta! Hahaha.. Aunque en mi cocina todo sirve (obvio todo es nuevo!) Ahaha.. Pero el mejor dia es el viernes que vamos al super y compramos para la comida del fin.. Y ufffff!!! Hasta estar en el super me gusta hahahahahahahaha ahi es donde empieza todo!

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