Reto día 9: Grupo de Odio

Cuando los padres te dicen que los verdaderos amigos son los del colegio, es porque están claro de que en la universidad tienes amistades pero no logras vínculos tan fuertes. Eso en parte es muy cierto y muy falso. En mi universidad es más factible de que se cierto, porque no tienes un salón fijo, sino dependiendo de la materia están con alguien, pero al cambiar de materia y salón, cambias de personas. Por ende, es más difícil generar un verdadero vínculo con alguien si no compartes mucho. Por eso, es que digo que para la mayoría es bastante cierto lo que dicen los padres. Pero en mi caso no es así. He conocido y compartido con gente tan “Special” y simplemente he creado lazos que creo que son irrompibles. Sin embargo, no todo es color de rosas.

Yo solía pensar que era de los más afortunados en la universidad. De hecho, era envidiado. Tenía un grupo tan sólido que jampas pensé que se separaría. Jorge, Mini, Dani, Cami, Adri, Ysa, Arni y yo éramos prácticamente inseparables; un clan, casi un culto. Nos llamábamos “grupo de Odio” porque siempre andábamos con hostilidades entre nosotros. Había tanta confianza y cariño que no importaba cuánto nos burláramos unos de los otros, siempre terminábamos en risas. Ya habíamos generado nuestras tradiciones: cenas grupales en una casa (principalmente cocinadas por mi); intercambio del amigo secreto; salidas al cine; salidas a rumbear. Todo era color de rosas. Todas las semanas había mínimo una salida en conjunto. Sin incluir las infinitas horas que pasábamos “estudiando” durante la semana. Simplemente era todo perfecto.

Después los sentimientos se metieron en el camino de la perfección, como siempre. Basta que tengas algo perfecto como para que algún sentimiento encontrado arruine todo. Jorge le gustó Adriana. Todos lo apoyamos; él sabía que a ella le gustaba y a él le gustaba. La tenía bastante fácil. Por alguna razón, él se echó para atrás. Está bien. Ella quedó bastante devastada. Simultáneamente Daniel cortó con su novia Titi. En ese momento ambos buscaron apoyo y se unieron por sentirse igual. Nada mejor para unir a dos personas que vivir lo mismo, al mismo tiempo. Poco después Dani y Adriana eran una pareja. Daniel habló con Jorge como buen amigo; dando la cara. Después de ese día, todo cambió. La gente misteriosamente agarró bandos, el grupo se fragmentó. Lo peor es que yo estaba en el medio, y por no agarrar bando, me quede sin el chivo y sin el mecate.

Arni se empata con un tipo mayor, se aleja completamente del grupo. Ysa también se empata con un chamo de la UCAB. Entre hostilidades y después de algún tiempo, y encuentros hostiles, los productistas (Jorge, Mini, Arni ,Ysa y Adri) se unieron nuevamente por necesidad. Siendo principalmente Ysa el foco de comunicación con los demás. Dani se aleja; sin embargo, su relación con Adri lo mantiene en el mapa. Ysa, Rodolfo (novio), Adri y Dani se la pasan en un “double dating”. Jorge y Cami buscan refugio con su grupo del colegio. ¿Dónde quedo yo? En el Limbo. A veces nos vemos en la uni, muy poco la verdad. Nos saludamos, quizás compartimos una risa. Pero ya todo murió. Ese “Grupo de Odio” se desvaneció, y con él bastante de mi alegría universitaria.

Hoy por hoy, la universidad me hace infeliz. No me llena, y me preocupa. Sin embargo, antes podía ir a la universidad y escaparme de mi casa. Pasarla bien con mi grupo, reírnos y simplemente no pararle a nada. Eso se acabó. Ellos las pocas veces que los he visto siguen así. Los productistas se unieron y se combinaron con el clan de su carrera. Aun se ríen y gozan. Daniel anda 24/7 estudiando. Yo vuelvo a encontrarme en un Limbo. Sin duda he sido el más afectado. Los extraño. Cada quien siguió con su vida como si nada. Pareciera que para ellos nada cambió; siguen felices. Lástima que ninguno le interese volver. No me queda de otra más que terminar de graduarme y simplemente olvidarme de ellos; porque eso es lo que pasará al salir de la uni (con la excepción de Adri, creo). Pasaran a ser de esas amistades lejanas que los padres les cuentan a sus hijos; y sus hijos nunca conocen o conocerán.

Pero antes de que eso pase, quiero decirles a ustedes, Grupo de Odio, que los quiero. Significan mucho para mí, y marcaron mi vida universitaria. Espero equivocarme y que todos estén ahí en el futuro. Gracias por los buenos momentos, las risas, y el cariño. Al resto de la población mundial, si es posible generar vínculos fuertes en la universidad, y amistades que duren para siempre; y cuando lo encuentren, no sean tan brutos como para dejar que los sentimientos arruinen ese lazo.