Wednesday, November 3, 2010

Reto Día 16: Fetiche

Todos tenemos fetiches. Todos tenemos ciertas inclinaciones o desviaciones en la que sentimos adoración por un objeto. Sé que debes estar pensando que soy un depravado sexual, pero no es así. No necesariamente tiene que ser una desviación sexual. Simplemente es alguna cosa que nos lleva de placer, o simplemente nos estimule. Marx dijo que una de las componentes más fuertes del capitalismo es fetiche de la mercancía; es totalmente cierto. El capitalista siente un estimulo por la mercancía, por la compra, por el poseer cosas y todo lo que conlleva. Escritores incluso piensan en el fetichismo como la forma más primitiva de la religión.

Todos somos fetichistas; todos tenemos ese objeto en especial por el cual morimos y matamos. En algunos es un peluche, otros puede ser un reloj, o una prenda; una gargantilla con un significado especial. Sentimos adoración hacia ella; somos fetichistas. En el ámbito sexual, los fetiches son muy mal entendidos. Muchas veces excluimos, rechazamos, humillamos a personas porque tienen un fetiche sexual. No importa si sean pies, cuero, látex, sadomasoquismo, o incluso cualquier prenda del sexo opuesto; ni siquiera nos tomamos el tiempo en escucharlos. Esa persona es un depravado, pero otra que le encanta la cocina y sus aromas, o que colecciona zapatos, o que simplemente tiene un crucifijo o prenda que necesita para existir, es muy normal y aceptado. Mi punto es que los fetiches son totalmente normales, y aunque no los compartimos, no debemos cerrarnos o rechazar a las otras personas.

Sigmund Freud utilizó el concepto de fetiche y lo llevó a otro nivel. Él describió a esa persona especial, o esa “media naranja” como un fetiche. No importa si es la persona, o una parte de la persona, el recibir ese estimula o tener esa adoración, o fijación nos hace fetichistas. Entonces es fácil decir, que el amor es el fetiche más grande. Todos nos enamorados. Todos vemos en esa persona una adoración infinita, sentimos celos porque la queremos sólo para nosotros, la mimamos y consentimos. Es hora de dejarse el tabú por la palabra “fetiche” y de darnos cuenta que todos somos fetichistas. Es más, todos necesitamos ser fetichistas, sino no sobrevivimos en un planeta lleno de negativismo y odio. Es nuestra ventana de salida, y muchas veces lo que nos impulsa para salir adelante; y el mejor ejemplo es el fetiche, que para mí es el más fuerte, el amor.




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